Sofía no eligió la yegua andaluza Blossom. ¡Fue al revés! El caballo empujó suavemente a Sofía con la nariz mientras soñaba despierta, lo que la hizo caer al suelo tres veces seguidas. Sofía ama a Blossom por la forma en que la trae de vuelta al aquí y ahora, y pasa cada minuto libre con la yegua.